Entrevista a los artistas que colaboraron con
luces de barrio para la iluminación del Huerto Alcosa.
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Nombre:
Misael Rodríguez Chacón
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¿A qué se dedica profesionalmente? ¿Qué papel
desempeña en luces de barrio?
Trabajo en WWB, una cooperativa especializada en arte,
tecnología, y cultura libre. En Luces de Barrio he estado detrás de la
coordinación del proyecto en el Parque Alcosa.
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¿Qué le parece el huerto del parque Alcosa?
Es un huerto muy especial por su entorno, sus gentes,
su origen, su tamaño... Su historia comienza en la larga lucha contra la
circunvalación de Sevilla por el Parque del Tamarguillo. Tiene más de 100
parcelas, uno de los mayores de Sevilla, y una arboleda que le da una
personalidad muy especial.
Nos sorprendió la manera en la que los hortelanos nos
recibieron desde el comienzo del proyecto, nos sentimos en casa desde el
principio. Fue muy agradable sentir su curiosidad que hacía cada una de las
fases del desarrollo, la manera en la que nos apoyaron y confiaron en todo
momento en nosotros. Nos sentimos afortunados de haber podido trabajar con
ellos en su espacio, ha sido un verdadero lujo.
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¿Cómo conoció el proyecto de luces de barrio? ¿Qué le
atrajo del proyecto para querer participar?
Lo conocía desde el año pasado, tenemos varios amigos
que participaron en él y nos hablaron de lo que hacían y sus experiencias.
Cuando nos propusieron participar este año nos gustó la idea; ya teníamos
varias instalaciones artísticas jugando con luces hechas fuera de Andalucía y
la idea de poder trabajar en nuestra propia ciudad siempre nos resulta
agradable.
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A parte del proyecto de los zootropos, ¿pensasteis en
otras alternativas para iluminar el barrio? En caso de decir que si, poner un
ejemplo por favor.
Sí, en principio pensamos en una instalación
interactiva en la que diferentes elementos activos interaccionaban entre ellos
y con otros elementos luminosos y artísticos, empleando la luz como vehículo de
comunicación.
Cuando finalmente comenzó el proyecto Luces de Barrio
y nos propusieron como punto de partida que trabajásemos con los elementos
(agua, fuego, aire), derivamos el proyecto hacia un sistema de molinos de
viento que se comunicaban entre ellos (cuando el visitante los movía con sus
manos), con el viento que los hacía girar, y con una instalación central que
permitía interactuar sobre el conjunto de molinos. Finalmente no fue posible
conseguir que el huerto tuviese energía eléctrica, por lo que tuvimos que
abandonar ese desarrollo y pasar al siguiente: un sistema de microgeneradores
que alimentaban a leds a empleando pequeños molinos. Tras una ardua (y
divertida) investigación sobre diferentes tipos de generadores, leds, y
sistemas electrónicos de control y evaluar los resultados, entre la
organización y nuestro colectivo acordamos abandonar esa línea de trabajo
y explorar una de las primeras ideas, jugar con los zootropos y sus
posibilidades.
Estos, que en principio iban a ser un elemento
secundario de los primeros tipos de instalaciones, comenzaron a ganar peso a
medida que íbamos metiéndonos en la historia del barrio y sus gentes. Nos
gustaba mucho la idea de iluminar creando un sistema para contar historias
propias del sitio, del huerto, del barrio…
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¿Qué complicaciones significativas surgieron durante
el desarrollo del proyecto? ¿Podría decirnos cómo lo solucionaron?
La mayor dificultad sin duda fue cuando se aclaró que
no era posible conseguir electricidad para la instalación. Era la primera vez
que nos enfrentábamos a esa limitación, estamos acostumbrados a trabajar con
electricidad y el desarrollo lo comenzamos contando con ella, pero finalmente
fue posible solucionarlo empleando energía solar. La falta de energía eléctrica
también fue un pequeño inconveniente para la intervención sonora en el huerto,
dado que el músico que trabajaba con nosotros (David Cordero) hace música
electrónica. La solución a la que llegamos conjuntamente, utilizando una
pequeña emisora FM alimentada con baterías para retransmitir su música, nos
gustó de cualquier forma más incluso que si hubiésemos hecho un concierto al
uso. Las composiciones de David Cordero estaban concebidas como una especie de
banda sonora de la instalación y del parque, desde una perspectiva íntima
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Tenemos entendido que los zootropos tienen sonidos,
¿qué clase de sonidos se podrán escuchar?
Se oía una banda sonora compuesta por David Cordero
con elementos sonoros relacionados con las diferentes calles transversales del
huerto. Son una maravilla que aún se puede disfrutar desde la página de SoundCloud
de Luces de Barrio
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¿Cuántas lámparas iluminarán el huerto?
La instalación tenía 50 zootropos, de diferentes
tamaños y colores. Tras la finalización del proyecto en el mismo huerto, a
petición de los hortelanos, se han quedado unas 40 distribuidos por todo el
huerto.
Por último, queremos agradecer a Misael Rodríguez Chacón
por habernos prestado un poco de su tiempo para contestar estas preguntas.
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