jueves, 19 de enero de 2017

ATMÓSFERA

Toda la semana esperando al viernes, era el día especial, el día que nos reuníamos todos esperando impacientes la llegada de mis tíos y mi prima que venían desde Sevilla todos los fin de semanas. Por aquella época, se creaba un ambiente especial en casa de mi abuela, una casa de la judería de Zafra, una casa con experiencia, que ha visto muchas cosas, una casa con secretos en sus grandes muros, una casa que ha pasado por varias generaciones de nuestra familia, en la que nos podemos reunir mucha gente por su tamaño. Aunque hayan pasado los años y ya no nos podamos reunir todos, sigue siendo la casa de reuniones, en la que sus habitaciones han estado abarrotadas de risas, juegos, alegría... Sigue siendo la casa que en verano está calentita y en verano fresquita, y que cuando vas te trae todos los recuerdos que dejaste allí a lo largo de tu vida, sigue teniendo la misma majestuosidad, sigue guardando sus secretos y un día se volverá a llenar de risas cómo en tiempos. La magia que se crea allí cuando estamos todos reunidos, no se puede crear en ningún otro sitio.

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