Fue la primera vez que iba a una playa, con unos 4 añitos.
Me sentía muy chico dentro de aquella pequeña cala y a la vez que bajaba los
estrechos escalones, agarrado a la mano de mi padre, iba aumentando.
Una vez en la playa, sentía como la pequeña brisa me rozaba
el cuerpo junto con las altas temperaturas que había. Notaba como mis pequeños
pies se hundían en la arena.
Al principio aquella pequeña cala estaba vacía, pero según iba pasando la mañana se iba llenando, incluso por la tarde
se acercaban algunos barcos de los cuales se bajaban los ocupantes y se bañaban
allí.
Para ser a primera vez que pisaba una playa, sentía la
tranquilidad, la calma y estaba muy contento por estar en ese lugar y junto a
mi familia.
Recuerdo que lo que más me gustaba era ponerme en la orilla,
donde rompían las olas, y que estas me arrastrasen, a pesar de terminar lleno
de arena y rasguños por todo el cuerpo.
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